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Iniciarse en la cosmética natural: qué comprar


A mí me ha pasado: descubrí el mundo de la cosmética natural y las miles de maravillosas posibilidades que ofrece y se pueden crear, que yo también quise hacerme con todos los materiales posibles para crear infinidad de cremas, lociones, champús, jabones... Pero venía con la lección aprendida del mundo de la repostería: no por comprar de todo iba a hacer más cosas, pues se pueden hacer multitud de cosas con tan sólo unos pocos ingredientes y/o herramientas, si sabes cómo hacerlo...

Y claro, sucede que en este mundo, al igual que en la repostería creativa, los ingredientes y demás, pues baratos no son... Así que para comenzar, antes de tirarse a la piscina sin mirar si hay agua, hay que estudiar mucho, no digo que tengamos que hacer cursos de cosmetología (que no estaría de más), sino leer todo lo que se pueda, de blogs, de libros, revistas... y hacernos nuestros apuntes sobre ingredientes, fórmulas, procesos, etc. Puede parecer aburrido pero pronto se le coge el gusanillo, y entonces es cuando te empiezas a dar cuenta de muchas cosas, empiezas a ver conexiones entre los ingredientes y su función, los productos en los que se pueden emplear, cómo hemos de manipularlos... y sobre todo, dónde conseguir algunos productos que nos sirvan para todo, o para casi todo, y que no tengamos que dejarnos una fortuna en ello...

Es por eso que hago este post para todas aquellas personas que se quieran iniciar en el maravilloso mundo de la cosmética natural y no sepan por dónde empezar o dónde conseguir los productos. Está claro que algunas cosas hay que comprarlas por internet en páginas especializadas, tipo ácido hialurónico o coenzima Q10, pero otras las tenemos muy a mano, sobre todo en la cocina, y puede que no nos hayamos percatado de ello...

Lo primero, como decía, es estudiar qué ingredientes son los que se suelen utilizar más a menudo, y vemos que tanto para cremas, como para jabones, los ingredientes principales son el agua y el aceite. Podemos empezar con aceite de oliva, girasol...que lo tenemos en casa segurísimo, y después ya podemos ir ampliando y visitar la sección de cocina internacional de los grandes supermercados para encontrar aceite de sésamo por ejemplo... El agua ha de ser destilada, por aquello de que el agua del grifo puede contener cal y/o carbonatos que no son buenos para la piel y además pueden reaccionar con la sosa en caso de que hagamos jabón artesanal. Pero no hay que preocuparse, pues el agua destilada lo venden en todos los supermercados, en la zona de productos para limpieza, y es súper baratísimo (una garrafa de 5 litros puede costar alrededor de 1 euro...), pero ojo, no se puede beber, por tanto habrá que mantenerla fuera del alcance de los niños... Si un día no tenemos agua destilada, podemos usar agua embotellada que tenga una mineralización débil o muy débil y hervirla previamente antes de usarla.

La sosa  o soda caústica para los jabones la podéis encontrar en cualquier droguería, sobre todo las de barrio, las de toda la vida. La suelen vender en botes de 1 kg y cuesta entre 2 y 3 euros. Lo que sí debéis aseguraros es que sea de una pureza de al menos un 98%, ya que si no el jabón no os saldrá en condiciones. Lo mismo os digo para la potasa caústica (para hacer jabón líquido) y el perborato o percarborato (para hacer detergente en polvo para la lavadora), que también se encuentra en droguerías. En el caso de la sosa/soda, podéis encontrarla en algunos grandes supermercados (no recuerdo ahora si era en Alcampo, Carrefour o Mercadona, pero en uno de ellos tienen el bote de sosa de un kilo).

Para hacer jabones de glicerina, que son los más fáciles para iniciarse, pues es únicamente, fundir y verter en un molde, se puede comenzar con las pastillas que venden en los supermercados. Lo malo es que son de color naranja y sólo podríamos hacer jabones de ese color, aunque eso sí, podemos añadirle ingredientes de esos tonos para enriquecerlo: naranja, canela, cacao...

Y siguiendo con el tema de ingredientes culinarios, en la cocina tenemos multitud de especias y otras cosas que podemos usar en cosmética: cacao puro, leche normal, leche de avena (que la podemos comprar o hacerla nosotros), leche de almendras (igual que con la avena), leche de coco (con la que podemos hacer aceite/manteca), maizena (para espesar), especias varias, infusiones (que podemos usarlas infusionadas en agua para la fase acuosa de una crema, o por ejemplo, el té de frutos rojos, podemos cogerlo en seco, pulverizarlo, y ya tendríamos un pigmento rojo para nuestros productos de maquillaje), remolacha, pepino, zanahoria, hierbas varias que podemos comprar en pequeñas macetas y usarlas en seco o hacer extractos (menta, albahaca, laurel...) y un sinfín de ingredientes que además de color, nos aportan sus propiedades beneficiosas, de ahí, que antes de lanzarnos, haya que estudiar un poquito...

Y si salimos de nuestra cocina y miramos a nuestro alrededor, en parques y jardines, vamos a encontrar arbustos de lavanda, hiedra subiendo por las paredes (la cual es un poderoso ingrediente anticelulítico) y otras flores y plantas que también nos pueden servir.
Otras plantas un poco más específicas tendremos que comprarlas en herbolarios, como la centella asiática por ejemplo (también anticelulítica), pero no suelen ser caras, y además nos sirven para tomarlas en infusión.
Algunos ingredientes podemos encontrarlos en farmacias y parafarmacias, como por ejemplo la Vitamina E, que la venden en cápsulas como complemento alimenticio y que podemos usar como antioxidante en nuestras cremas; otros ingredientes que podemos encontrar son gel de aloe vera puro (con esto hay que tener cuidado y leer muy bien la lista de ingredientes, y si lleva algo más que no sea jugo de aloe vera, entonces no es puro, es un gel industrial que llevará una porción de aloe vera entre otra cantidad de ingredientes sintéticos y oclusivos para nuestra piel), también aceite de almendras, de romero... (aunque estos también los hay en los supermercados), etc.

Y ya sí, llegamos a los ingredientes que no hay más remedio que pedir a tiendas especializadas por internet o en Amazon, que también los tiene (os pondré el enlace a cada producto que utilice en las recetas). Lo más importante es no ponernos nerviosos, ya que es muy fácil dejarse llevar y quererlo todo como me pasa a mí... Así que lo mejor es hacernos una lista de cosas que podemos necesitar y que nos sirvan para más de un producto. Al inicio del post he puesto una foto con lo primero que yo compré para que os hagáis una idea: aceite de arroz, aceite de aguacate y aceite de caléndula (que son aceites específicos que yo quería usar en un par de recetas, pero podéis escoger otros, tan sólo tenéis que ver los usos que podéis darles y que sean adecuados para vuestra piel).
También cogí lecitina de soja líquida (aunque se puede hacer casera) que nos sirve de emulsionante, y otro emulsionante; Protelán, aunque hay muchos donde escoger. También cogí colágeno en polvo y ácido hialurónico (pues me temía que iba a hacer muuuuchas cremas antiarrugas, jeje). Iba a coger cera de abejas pero recordé que mi hermana es alérgica al veneno y sólo por si acaso, opté por coger cera de soja, pero también hay cera de arroz, de candelilla, de carnauba... Las ceras tienen muchos usos (que iremos viendo), así que no está de más comprar un poco. También compré carbón activado, pues además de usarlo para hacer máscara de pestañas y eyeliner líquido, también sirve para hacer una mascarilla anti puntos negros que es mano de santo...
Otra cosa que yo no compré pero que podéis darle mucha salida son las arcillas, tanto para mascarillas, como para añadir a cremas y jabones.

Otro producto fue la glicerina líquida, también muy versátil, y el ácido láctico, que además de como ingrediente se usa sobre todo para regular el pH de los productos. También debemos hacernos con un conservante, pues donde hay agua, crece la vida (bacterias, microorganismos, moho...) y ya que prácticamente todos las cremas, lociones, etc, llevan agua, hay que echarle un conservante que nos permita una vida útil del producto de unos 3 meses aproximadamente. Yo escogí Leucidal líquido, que está aprobado por Ecocert, es completamente natural y actúa en un rango de pH de 3 a 8. Pero existen otros también de origen natural e igualmente eficaces, como el Cosgard/Geogard o el Sharomix, etc.

Y finalmente, no podía terminar el post sin deciros que no os olvidéis de comprar unas tiras medidoras de pH, ya que es súper importante medirlo y regularlo para que el pH de nuestro producto sea acorde con el de nuestra piel, para que no nos cause irritaciones u otros efectos desagradables en nuestra piel. Son baratas y vienen muchísimas, así que no os olvidéis de las tiras medidoras!!

Bueno, espero que este largo post os haya sido de ayuda y si tenéis alguna consulta, no dudéis en preguntarme.







Un abrazo, Nanabelle.

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